sábado, enero 07, 2006

Pues sí, ya vinieron los reyes, y trajeron casi todo lo que pedí así que he debido de ser bastante bueno.

Yo creí en los reyes ni más ni menos que el resto de mis compañeros de colegio. De hecho esto siempre se descubre como una ola, empieza uno y va contagiando a los demás como si el desengaño fuese un costipado (o quizás la gripe). He de reconocer que yo no fuí de los primeros en dar la voz vengativa, nonono. De hecho recuerdo cuando lo me lo dijeron en la cola del comedor y yo no quise creerlo. Será que confiaba mucho en mis padres o que directamente me gustaba más creer que la magia era posible y no quería conformarme con semejante explicación. Yo en cualquier caso me cayé cual despistao y dí una navidad más de margen. Todo se repitió con la previsible normalidad de esos días extraordinarios. Recuerdo como aluciné al ver todos los regalos. Sí, habían traido lo que había pedido, y algunas cosas más que no había pedido o que no me hacían excesiba ilusión. Pero al cabo del rato caí en la cuenta de que no me habían traido lo que realmente me hacía más ilusión y que no había pedido. Eran unos Micromachins, esos coches pequeñitos que no hacían nada, ni corrían ni tenían luces ni nada, pero me hacían mucha ilusión.

Entonces lloré. Por rabia. Obviamente nadie lo entendió, ni yo lo supe explicar. No eran los coches en si, sino lo que significaba su ausencia. Era la rabia por que era la prueba de que no existían. Todo lo que cabía en un mundo en el que hay sitio para seres tan mágicos, buenos y poderosos era maravilloso, esperanzador, y tranquilizador. Con ellos había espacio para creer en un bien. Sin ellos todo se volvía más mundano, mórbido, gris y decepcionante.

No se si aquel capítulo va más allá de la anécdota, si acaso tiene la más mínima importancia. En cualquier caso mientras crecí fuí tratando de entender más el mundo y la gente, como si yo pudiese algún día hacer algo importante, no por llevar la magia que había desaparecido de mi mundo, sino por conseguir que mucha gente estuviese mejor. Supongo que en el fondo deseaba encontrar el camino para que entre todos pudiesemos ver que las cosas pueden ser de otra manera, mejor. Trabajando juntos, construyendo algo que mereciese la pena.

No se cuanto queda de aquel niño. Reconozco que en cierta forma y bajo una tonelada de descreimiento acumulado durante estos años sigo pensando que es posible, confiando en la capacidad de la gente para luchar y hacer ciertos sacrificios en común. Idealismo o estupidez, no lo se, aunque supongo que lo segundo depende del momento en el que sea lo primero.

No me quejo del consumismo, desde el momento que no hemos visto otra cosa es dificil plantear alternativas teóricas. De hecho no me quejo. Por no ser no es ni nostalgia. Los mejores años han pasado y la vida cada vez será más difícil. No me entristece el futuro, sino que me duele no tener una vacuna para dolor de la gente que quiero, el no poder hacer nada, y ver que en ocasiones se ve venir de lejos y no puedes hacer nada por evitarlo, que sólo te queda aguantar, encontrar la fuerza y esperar los desenlaces, que no por previstos serán menos dolorosos.

He tenido esta sensación antes, y luego no ha sido tanto, aunque tampoco ha sido agradable. Es la vida, y la vida duele. No hay más. Y tal como decía hoy Bellosoli recordando un diálogo de "no sos vos, soy yo" la vida son momentos buenos, malos y normales. El futuro es y será así. No será negro, ni blanco, sino una amalgama de grises con algunos blancos luminosos y algunos negros abrasadores. Así que tal como dice Gill Bates, hay que pasar al pesimismo activo y "salvar aunque sea un cachito".

No se si dicha teoría obliga a dejar de creer que ciertas cosas son posibles, aunque también es cierto que nos equivocamos y que en la vida las respuestas no son tan importantes, cuando sí lo son las preguntas.

Conocerás a las personas por las preguntas que hace, no por sus respuestas.

Seguro que esto ya ha sido dicho, y que es un eco de una lectura lejana o de haberlo oido en algún lado. En cualquier caso estoy muy de acuerdo, aunque nunca he sido bueno haciendo preguntas.

5 comentarios:

bellosoli dijo...

gran tipo ese bellosoli, sabe de lo que habla! Creo que también descubrió lo de los reyes al mismo momento que el 90% de la clase (creo q prometeo incluido) y fue cuando la profesora Adoración (jamás he visto persona quien con el nombre ya mienta tanto como ella) dijo: "no os puedo mentir, los reyes son los piiiii" (censurado por si hay inocentes leyendo)

Anónimo dijo...

Me encanta.. Me encanta cuando te vacías con tanta sencillez, como si fuese fácil, cuando no lo es....

Prometeo dijo...

Bellosoli, te puedes creer que no me acuerdo de lo de la Adoración! Es curioso pero recuerdo pocas cosas de esa bruja. Recuerdo cuando me pegó, y los concursos de lectura, jajajaja. Sólo mantengo los recuerdos agradables, que suerte, jejeje. Menuda tiparraca estaba hecha. Supongo que marcó a toda nuestra "generación".

Medea, y si sí fuese fácil?
Todo se aprende, todo. ;-)

Babs dijo...

Me niego a creer que aparece un atisbo de pesimsmo en tu interior. Tú que fuiste la persona que me enseñó a caminar con la vista bien alta...

Un besote

Prometeo dijo...

Querida Presidencia de Ryanair (y vicepresi de otros clús),
sabes que en el fondo soy un pesimista reconvertido, que ví la luz del optimismo hace algún tiempo (tres semanas y un día, tal como ordenó el juez), pero eso no quita para echar un vistazo atrás para ver de donde venimos (o huimos! :-P ). Quien sabe lo que queda de nuestro pasado en cada uno de nosotros, aisssss.
Me alegro que lo aprendieras, incluso más aún de que me lo recuerdes.
Un abrazo :-)