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Volver a la piel de toro te expone su más cruda actualidad. Ver las noticias en la televisión se reduce a una crónica aún más negra que antes (sobre lo que no diré nada, aunque hay mucho que decir), y un sinfín de noticias que vienen a recordarnos una y otra vez que la crisis ya está aquí, que los pisos no se venden y que hay mucha gente que lo está pasando muy mal por la situación.
Lo cierto es que ambos temas me sacan de quicio. Los primeros por el trato repulsivamente morboso que rebaja la categoría de esos presuntos periodistas a la categoría de escoria. Lo segundo porque no me dan ninguna pena.
¿Hay crisis? Sí, claro, y más que habrá.
En 1999 había en España 52.000 empresas inmobiliarias, en el 2006 ya eran 131.000 y a día de hoy hay casi 160.000 (datos del informe
"Sociedades inmobiliarias" de DBK, muy comentado estos días en todos los medios, sin hacer referencias al mismo). A parte del hecho que la mayoría de estas empresas no muestran actividad alguna y que mayoritariamente sólo tienen una persona en plantilla, lo cierto es las 30 mayores se han repartido una facturación de 15.500 millones (de euros) en el 2006.
Esto quiere decir que durante los últimos ocho años han salido inmobiliarias de debajo de las piedras, y que ahora el mercado efectuará la selección natural y la mayoría de estas cerrarán, porque tienen que cerrar. Sobran, directamente. ¿Deberían darnos algún tipo de pena? Lo dudo. Claro que habrá casos desoladores en los que familias enteras que se metieron en el negocio honradamente, aprovechando la ola, acabarán perdiéndolo todo, o más. Conociendo el caso de
José Moreno, sinceramente, que les vaya bonito (un eufemismo como otro cualquiera).
También tenemos a los trabajadores del sector de la construcción, que sin duda sufrirán el parón más a lo bestia. Desde los albañiles a los fabricantes de puertas, comerciales, y etc. Se comenta que durante este año se perderán cerca de 25.000 empleos en el sector. Teniendo en cuenta que en este país llegó a la situación en la que se cobra más como albañil que como ingeniero, era difícil creer que eso duraría para siempre (obviamente ahora pasarán a cobrar tan poco como los ingenieros, nunca al revés, solo faltaría). Las empresas tenían que haber aprovechado las vacas gordas para diversificar, y los trabajadores, para ahorrar.
En una situación muy parecida tenemos a los compradores de pisos. Por un lado tenemos a los especuladores que empezaron a comprar y vender sacando la mayor tajada posible, aprovechándose de incautos que se metían en hipotecas a 25 años porque los tipos de interés estaban bajos creyendo que los tipos no iban a subir (señores, el concepto "variable" es lo que tiene y si hace quince años los tipos estaban al 17% eso quiere decir que suelen variar). Los primeros no me dan ninguna pena. Los segundos pagarán el pato de su ignorancia y la falta de cálculo, son los que realmente van a pasar las de Caín. Pero me pregunto cuantos de ellos se vieron obligados a comprar
Mientras tanto las empresas grandes, con recursos y cierta previsión, han invertido fuera de nuestras fronteras, y las pequeñas y familiares... no. En el capitalismo liberal sobre el que galopamos las crisis son parte del sistema. Obviamente la literatura oficial o simplista tratará de hacer creer que las crisis son alteraciones indeseadas del sistema económico, pero lo cierto es que toda crisis es una gran oportunidad para la concentración de mercados, empresas, y por ende, poder.
El crack de 1929 acabó con los prósperos años veinte e inaguró una crisis que duró hasta mitad de los treinta. Durante la década de los veinte se produjo una escalada especulativa en el mercado inmobiliario y bursatil. Alrededor del petroleo se desarrollaron todos los sectores industriales (desde el del automovil, el químico, el farmaceutico, hasta el aeronáutico). Las empresas producían más que nunca y daban beneficios en forma de dividendos, que se invertían en inmuebles y en acciones compradas a credito. Se creía que los beneficios iban a ser para siempre y las cotizaciones subían sin parar, no por los dividendos, sino por la expectativa de los mismos a largo plazo. Pero la realidad era que hacía tiempo que había sobreproducción, y por lo tanto los beneficios estaban condenados a caer, o incluso a esfumarse. Y de la noche a la mañana las acciones valían menos que el papel en el que se imprimían y ya nadie pagaba lo que hasta entonces costaban las casas.
Al final de la década de los treinta el 25% de la población estaba desocupada, y el PIB había caido a una tercera parte.
Hoy por hoy se considera que una crisis similar no es posible gracias al papel de los Bancos Centrales. Pero lo que no podemos obviar es que la crisis fue una oportunidad de oro para los grandes bancos para comprar a precio de saldo a la competencia que boqueaba desesperada. El resultado fué el disparatado fortalecimiento de la gran banca, Rockefellers, Rostchilds y compañia.
Si alguien está cerca de dominar el mundo (lo cual dudo), sin duda es esta gente. Digamos que esa pandilla de iluminados tiene en sus manos no sólo los grandes bancos, sino también la Reserva Federal (FED), que puede parecer que es el Banco Central de los EEUU, pero en realidad es una entidad privada y la única autorizada para emitir dolares (de hecho el gobierno norteamericano pide dinero a la FED y esta se lo vende o presta a cuenta de los impuestos). Lo cierto es que la historia de la FED es tan curiosa como espeluznante (creada a traición en 1913, después de la
crisis de 1907 [iniciada presuntamente por JP Morgan, quien se benefició enormemente y auspició la FED] agravó la crisis del 29 no aportando dinero cuando hacía falta, y actua tomando decisiones a puerta cerrada cuyos documentos sólo se publican al cabo de 5 años).
Conclusión:
Hay crisis y habrá muchas más. De hecho esta es la
octava crisis en los últimos 20 años, y señores, siempre hemos sobrevivido. Pero nos arriesgamos a salir de la crisis tomando las decisiones equivocadas. Por un lado podemos acabar vendiendo nuestra alma al diablo, y por el otro podemos aprovechar la oportunidad para cambiar de modelo de crecimiento. Si os preguntais cual de las dos opciones se van a tomar, echad un ojo a esto: "
EE UU da a la Reserva Federal máximos poderes en el control del sector financiero".
La jugada es maestra. La avaricia de esta gente no tiene límites.
La aparición de las hipotecas sub-prime, y de los créditos fáciles bien pueden considerarse la gasolina de esta crisis, y la estupidez de la gente, la chispa. De aquí vamos a salir todos escaldados, eso está claro. Unos por tontos, y los otros para salvar el culo a los tontos porque ellos no tienen culpa y la sociedad tiene que ayudarles (hay que joderse). Claro que ellos serán tontos, pero nosotros no tenemos ni repajolera idea de como funciona el extintor; así que dejaremos todo en manos del nuestro cuñado, el bombero economista. Él nos sacará de esta, por supuesto, pero lo que no nos damos cuenta es que el muy cabrón es un pirómano y que ya le hemos dado las llaves de nuestra casa.
Claro que puede ser un poco conspiranoico pensar que los bancos podrían incentivar esta crisis, o quizás no tanto ("
E-Mail de JPMorgan revela trucos usados para otorgar hipotecas")
En definitiva, nos la están metiendo doblada, por culpa de la incultura, la avaricia, y la falta de un poder político independiente del poder bancario.
Durante la crisis surgirán oportunidades buenas para comprar,
pero ojo, hay que evitar la deuda lo máximo posible, hacer todos los números del mundo y no confiar en que "
todo va a ir bien", ni que "la bolsa siempre sube" (
la rentabilidad acumulada en los últimos 10 años en Wall Street es del 1%). Porque la gran lección es que nada va siempre bien, ni siempre mal; todo cambia, y todo son ciclos. Con una hipoteca a 25-30 vas a comer ciclos por un tubo, eso está claro.
Y pensad, otro mundo, siempre es posible [
Lean ustedes la imprescindible historia de FaSinPat].Articulos intersantesComparativa entre la crisis de los 30 y de 1987Similitudes con la del 98Zeitgeist (parte 3), un documental sensacionalista y conspiranoico, pero que da algunos datos interesantes a pesar de algunos errores considerables [lo importante es que despierta dudas, y eso es más de lo pedimos a la mayoría de los documentales]
Análisis del documento de DBK [es de pago]
Cuando todo vaya mal, pensad que
podría ser peor.