Alguien muy cercano a mi defendía hace tiempo (y me imagino que todavía lo hará, por coherencia) que la gente no cambia.
Hoy, sin razón aparente, me he acordado de su afirmación al llegar a casa del trabajo despues de bicicletear durante 20 minutos bajo esta lluvia fria que bien podría ser de Octubre y no de Agosto. Esta negación al cambio siempre me resquemaba siempre no solo porque negaba toda opción a cambio (algo que he visto tantisimas veces en mi vida y en ocasiones es tanto un derecho como una obligación), sino porque en algún lugar dentro de mi compartía ese frustrante convencimiento de que en esencia la gente no cambia. Lo curioso es que dicha reflexión hoy ha venido a mi mente junto con una coletilla, que de tan sencilla parece tan absurda como obvia.
Y derrepente todo cuadraba mejor.
Quizás no es nada nuevo, nada que no supiese ya, pero lo curioso es esta sensación que no consigo transmitir, casi como de revelación
Hoy, sin razón aparente, me he acordado de su afirmación al llegar a casa del trabajo despues de bicicletear durante 20 minutos bajo esta lluvia fria que bien podría ser de Octubre y no de Agosto. Esta negación al cambio siempre me resquemaba siempre no solo porque negaba toda opción a cambio (algo que he visto tantisimas veces en mi vida y en ocasiones es tanto un derecho como una obligación), sino porque en algún lugar dentro de mi compartía ese frustrante convencimiento de que en esencia la gente no cambia. Lo curioso es que dicha reflexión hoy ha venido a mi mente junto con una coletilla, que de tan sencilla parece tan absurda como obvia.
"La gente no cambia, pero aprende"
Y derrepente todo cuadraba mejor.
Quizás no es nada nuevo, nada que no supiese ya, pero lo curioso es esta sensación que no consigo transmitir, casi como de revelación
2 comentarios:
Precisamente ayer hablaba con Vidina de esto, de que la gente no cambia. Ella añadía que la gente madura pero vamos, madurar no es cambiar.
Me gusta más tu acepción :) Qué duro tiene que ser tú, con tantas revelaciones. Uy!
exactamente! la gente no cambia, sencillamente aprende de sus errores y actúa, en apariencia, de forma diferente siendo, en el fondo, la misma persona que solia ser.
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