Hace ya tiempo que entendí que la política consiste en decir a los demás como quieres que vivan sus vidas. Por eso las fronteras ponen límite a la política, porque da igual lo que digan o lo que hagan, mientras no puedan imponer su visión o condicionarnos la nuestra, sus ideas políticas no nos afectan.
Por eso uno de los placeres de emigrar es que la política nacional ya no te afecta tanto.
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