Domingo, día perfecto para las tareas domésticas más variadas y para perrear con fruición. Es curioso que ahora las emociones más fuertes del findesemana sea la emoción de enfrentarme a la fauna que se escondía dentro del microondas.
Pero la fideua de Carlos ha quedado muy bien y eso te alegra la tarde (
Pa que luego digas). Ahora debería ponerme a estudiar o a sacar adelante el trabajo, pero me puede la pereza, me faltan alicientes, o me sobran las escusas. Si algo no me gusta de los fines de semana en Barcelona es que me entra la nostalgia.
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¿Sabeis quién es
Pascal Comelade? Es un músico francés afincado por estas tierras que es inmensamente admirado por su música con instrumentos de juguete. Apenas he escuchado unas piezas suyas, y la verdad es que es magnífico. Es candidato a entrar en el selecto club de mis favoritos, junto Yann Tiersen, y Joe Hisaishi, o al menos al nivel de la Penguin Cafe Orquestra (
muy recomendable, a pesar de la historia que les llevó a disolverse).
Quizás no debería volver a escuchar a Sabina en domingo, aunque pensé que me dolería más. Se me ocurren mil razones, pero no deberían importarme ni a mi. Casi mejor me voy a dar un paseo, aunque hace un día feo feo.
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