Hace un año que entré en esta casa para mudarme a la que ahora vuelve a ser mi pequeña habitación (atrás he dejado tres mudanzas, y otras dos habitaciones, a cada cual más grande). Vuelvo al inicio, cerrando el círculo, y os prometo que tiene mucho sentido.
Este año de contacto con la sociedad irlandesa ha servido para que aprenda muchas cosas.
El concepto de tecnología punta es relativo, ya que el simple hecho de tener un solo grifo para agua caliente y fria, y que esta se mezcle en agua templada al gusto es algo que no te encuentras en todas las casa. Por lo general en el baño te encuentras dos grifos, uno para el agua escaldante y otro para la congelante. Mientras tanto en la cocina tienes un solo grifo en el que la mitad del chorro permite desplumar un pollo mientras la otra mitad helaría el Polo Norte.
El concepto de limpio e higiene también es muy flexible, en especial para los irlandeses.
Lo mismo ocurre con la interpretación del espacio-tiempo, pero en particular del tiempo, ya que la unidad universal de "mañana te lo llevo" puede dilatarse hasta un mes sin pestañear y siempre con una sonrisa.
El sentido del ridículo es tan inútil como innecesario. Puedes vestir como te de la gana, incluso en pijama por la calle, no pasa nada. Un chandal es un gran traje, y el rosa esencial para denotar tu femeneidad. Los continentales vivimos estresados por la imagen, y aquí simplemente son libres.