Hoy me han contado una preciosa historia de amor, donde un taxista de Limerick conocio a una azafata de Tenerife, y sin saber ni como ni porque se contaron sus vidas para sorprenderse de cuanto dolor ten'ian en comun. La historia de 'el era triste, pero la de ella aun mas. Y entre historia e historia 'el descubri'o por primera vez que dentro de aquellos dos metros de jugador de rugby podian revolotear mariposas. Ayer ella le pidi'o irse a vivir con 'el, y hoy a las cuatro de la madrugada me lo ha contado mientras me llevaba al aeropuerto. Incluso he acabado hablando con ella, por increible que parezca, y la verdad es que no puedo menos que desearles lo mejor.
Vuelvo a casa. Por pocos d'ias y al parecer con pocas vacaciones, pero con ganas.
PD: Que vivan las wifis en los aeropuertos
3 comentarios:
Ojalá les vaya muy bien! Yo una vez conocí a un chico en Tenerife, hubo un flechazo (él era de Madrid), al final no cuajó la historia. Pero ahora es uno de mis mejores amigos. Así que espero que el taxista y la azafata sean muy felices!
Feliz vuelo y regreso a casa Prometeo! Un abrazo.
(Tal vez haya historias de amor que acaben bien...)
Joder, qué bonito... Toda la suerte del mundo mundiá para ellos.
Y un abrazo para ti.
Hasta pronto!
pues por msn me dices el nombre de la azafata de tenerife! que mi azafata me explicó hace poco una historia de una azafata tinerfeña conocida suya... y tendría huevos que fuese la misma!!!
Ya te avanzo que de ser la misma la história ya no sería tan bonita. Más que nada por el pobre taxista, que vaya una le habría caído!
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