Dias como hoy te asalta la nostalgia. No es extranyo, ni sorprendente. En cierta forma te lo veías venir. Porque en dias como hoy querrias tener cerca a la gente que falta, aunque solo fuese por un abrazo, aunque solo fuese por algo tan ridículo como celebrar los dias como hoy.
Quizás es por la supuesta necesidad de convertir en especial un día que en el fondo no es más que otro cualquiera. Las efemérides tienen esa presión por convertirse en eventos catárticos que acaba aderezándolas con cierto desasosiego, por no decir desilusión.
Pero que le vamos a hacer, es lo que tienen los días como hoy.
En algún momento te plantearás mirar atrás y hacer balance del último anyo. Quizás hasta te aventures a pensar en las expectativas que habías fijado para un día como hoy hace muchos anyos. Quizás te de la risa, o quizás la decepción, la alegría o incluso la sorpresa.
Y es que quien iba a decir que a estas alturas de la vida íbamos a estar donde estamos, sin haber ido a trabajar ni haber llamado al jefe (y sin que lo uno ni lo otro importe). En una ciudad inesperada, con un trabajo que no había ni sonyado ni planteado, y con una vida digamos que cuanto menos ajetreada.
Incertidumbre al mirar adelante, cuando van y te ofrecen antes de ayer incluso una recompensa por quedarme mas de tres anyos. Pena al mirar atrás y recordar todos aquellos que han pasado por tu vida durante los ultimos anyos, y se fueron. Algunos de forma transitioria, otros por contrato y otros a traición sin opción a retorno (Me cago en lo puta que puede llegar a ser la vida).
Y en este tiempo se han cerrado capítulos, se han dado pasos para delante, cometido viejos errores, y alguno que otro nuevo. Explorado tierras nuevas y volado más que nunca. Ahora el mundo es más pequenyo, y la humanidad más grande. Quizás haya aprendido más cosas, pero cada día sé menos. Quizás esté en el camino correcto, o quizás simplemente haya perdido de vista cualquier tipo de camino.
Sea lo que sea, diga lo que diga, lo único que ocurre es que en dias como estos el mejor regalo es imposible, y aunque quieras tener a todos los que quieres cerca, no se puede. Quizás por eso casi preferiría olvidarme que hoy es un día como hoy
2 comentarios:
Quizá lo más valioso de un día como hoy es que hoy sí que has dedicado ese tiempo a pensar en todo lo que has pensado, a recordar, a dejarte seducir por la nostalgia de los recuerdos, a mirar hacía atrás para centrarte de nuevo en lo próximo que llegue por delante.
Porque a veces hace falta recordar nuestros éxitos y fracasos, aunque tengamos que esperar a un día como hoy para hacerlo. Y sin embargo, hoy es un día estupendo para hacerlo, como cualquier otro.
Y lo sigues consiguiendo...la única persona que me pone la piel de gallina y me hace aguantarme las lágrimas en los ojos...
un beso grande
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