Aún me sorprendo cuando recuerdo el momento en el que me di cuenta de lo que estaba pasando. Estaba nervioso. Y era algo que no había ocurrido en anyos.
Menos sin razón aparente, sin necesidad, ni motivo.
Estos nervios que se te agarran al estómago con las unyas, hormiguean por tus piernas y secuestran el aire.
Fue curioso.
Hay cosas que te alegras de dejar atrás.
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