Giant's Causeway

De pequeño unos de mis libros favoritos eran los de la coleccion "Es divertido conocer". La recuerdo con vocación divulgativa y ligeramente enciclopédica, y me encantaba. Cada pequeño tomo se dedicaba a un tema, y cada página se dedicaba a una entrada, con un dibujo, un texto entretenido y otro texto más serio que consistía en una pregunta cuya respuesta venía con una pequeña fotografía. Así lo recuerdo, y seguramente fuese distinto.

El caso es que me acuerdo que al principio me gustaba más el texto con letra gorda que trataba de describir el tema de forma amena. Las preguntas se me antojaban demasiado aburridas. Pero con el tiempo cada vez me fueron interesando más los datos concretos, y las curiosidades que los chascarrillos para niños pequeños. Pensándolo ahora me doy cuenta que crecí con aquella colección y que fue de las mejores inversiones que hicieron mis padres (aunque tuviesen que pasar horas después leyéndome por la noche [un número cada noche, ni más ni menos]).

Allí descubrí lo que era el mar de los Sargazos, el diábolo, un Stradivarius, los planetas y mil cosas más. Entre esas cosas recuerdo con especial cariño "la calzada de los Gigantes". Me pareció algo extraño. Primero me sorprendió que le dedicaran tantas alabanzas a una simple colección de piedras hexagonales al lado del mar. No acababa de verle lo fantabuloso del tema, así que me imaginé que debía ser algo muy extenso, y que diese la impresión de ser un camino que se adentraba en el mar, sometiéndolo con su orden robusto y anguloso. De alguna u otra forma siempre pensé que tenía que ir allí alguna vez para verlo.

Por esa razón podría decirse que se trataba de un sueño de mi infancia.

Pues la semana pasada estuve allí.

He de reconocer que las sensaciones que tuve fueron bastante distintas de las que me esperaba, aunque lo cierto es que hace tiempo que ninguna lo es. En cualquier caso es un sitio curioso.