Dicen que el proceso del duelo consiste en 5 etapas: Negación, ira, negociación, tristeza y aceptación. Dicen que es aplicable a la perdida de una persona querida, y creo que no solo ocurre con la muerte, si con los adioses impuestos que no son un hasta luego.
En el caso del Erasmus, y casos parecidos, la negación es más bien incredulidad, y la ira es más bien una rabia incompleta. La negociación consiste en hacer mil planes para volver a vernos, reuniones pactadas, que secretamente todas las partes saben que dificilmente se cumpliran. Y la tristeza empieza de verdad cuando haces tu maleta, cuando las paredes desnudas te desarraigan de lo que era tu habitación, cuando vuelas de vuelta a casa recordando todo lo que no te cabe en la maleta y que pesa una tonelada en tu corazón, y sobretodo, cuando llegas a casa y te falta la gente, los lugares, las rutinas, y las complicidades. El paisaje emocional ha cambiado, tanto fuera como por dentro, y el que te espera a la vuelta tampoco es el mismo que te despidió hace no tanto tiempo.
Poco a poco llega la aceptación, a sabiendas de que es el otoño de los recuerdos, un pacto con el olvido para aligerar el presente enterrando parte del pasado, y empezar a creer en el futuro. Y así llegará el día en que muchos se den cuenta de lo que realmente ha sido este año, quizás el mejor de sus vidas, cuando todo empezó, cuando vivieron una vida en sólo unos meses.
Yo hoy, con este día gris, si fuese canción sería St. Petersburg.
Existe la paliza emocional, y te deja destrozado.
En el caso del Erasmus, y casos parecidos, la negación es más bien incredulidad, y la ira es más bien una rabia incompleta. La negociación consiste en hacer mil planes para volver a vernos, reuniones pactadas, que secretamente todas las partes saben que dificilmente se cumpliran. Y la tristeza empieza de verdad cuando haces tu maleta, cuando las paredes desnudas te desarraigan de lo que era tu habitación, cuando vuelas de vuelta a casa recordando todo lo que no te cabe en la maleta y que pesa una tonelada en tu corazón, y sobretodo, cuando llegas a casa y te falta la gente, los lugares, las rutinas, y las complicidades. El paisaje emocional ha cambiado, tanto fuera como por dentro, y el que te espera a la vuelta tampoco es el mismo que te despidió hace no tanto tiempo.
Poco a poco llega la aceptación, a sabiendas de que es el otoño de los recuerdos, un pacto con el olvido para aligerar el presente enterrando parte del pasado, y empezar a creer en el futuro. Y así llegará el día en que muchos se den cuenta de lo que realmente ha sido este año, quizás el mejor de sus vidas, cuando todo empezó, cuando vivieron una vida en sólo unos meses.
Yo hoy, con este día gris, si fuese canción sería St. Petersburg.
Existe la paliza emocional, y te deja destrozado.
6 comentarios:
Cuanto mayor es la pena y el vacío que se siente en el estómago, más valiosa es la experiencia que queda.
Separarse para siempre de algo o de alguién es morir un poco y, al mismo tiempo, la señal de que se ha vivido.
Las despedidas son lo peor. Cuando me montaron para que naciera se olvidaron de añadirme el módulo para soportar despedidas, hay que ver qué descuido.
Yo también tengo una despedida en breve, me separo de la que ha sido mi 2ª familia durante 2 años... en fin, va a ser muy duro.
No sirve de nada pero bueno, hay alguien a miles de km que te comprende.
Un abrazo,
S.
Nostalgia... mala, mala, sin duda. Aunque tambien tiene su parte buena, porque si no hubiese habido algo bueno no la sentirias y eso si que seria una pena..
Si, me acabo de dar cuenta de que mi foto parece un plagio de la tuya :D !! pero es que era la mejor manera de aparecer sin aparecer :P
Sí que lo has pasado bien, Prometeo, me alegro; lo que te espera aquí... seguro que no está tan mal. ¡Ya verás! Salu2. A
Al final sólo quedarán la sonrisa ante el recuerdo... y lo aprendido, claro. Aunque ahora sientas nostalgia, merece la pena. Sin duda. Ánimo, aprovecha la recta final... y pronto te diremos eso de Welcome to Spain!
Abrazos
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