Mensaje en una botella

En el fondo todos confiamos en las casualidades y la suerte para alcanzar aquello que creemos que merecemos o que deseamos secretamente. Escogemos nuestros pasos con la esperanza de que sean los correctos, y lo serán en función de lo que traigan con ellos. Todos esperamos encontrar el lugar, las palabras, y las personas adecuadas para quien somos en ese momento. Todos buscamos que la realidad de nuestra vida encaje con nuestras circustancias y nuestros anhelos. Y todos sabemos que quererlo no es suficiente.

De una forma extraña somos conscientes de lo aleatorio del universo. De lo difícil de las casualidades. Pero por otro lado no somos pocos los que hemos visto como nuestro destino se iba perfilando a fuerza de casualidades que parecían tener mejor criterio que nosotros mismos.

Por eso seguimos confiando en las casualidades, en las señales, en las coincidencias que tan equivocadamente llamamos destino. Por eso todos seguimos lanzando mensajes en botellas a las olas del mar, esperando que lleguen allá donde tengan que llegar. Cada cual tiene su motivo, cada cual sabrá



En cualquier caso no puedo evitar que se me haga increiblemente raro ver mensajes en una botella de plástico. Soy un romántico de vidrio, hace más ruido al romperse y nunca vuelve a ser el mismo. El plástico será mejor, pero no es lo mismo, y sin duda la botella también forma parte del mensaje.

Todo esto a cuento de Messagi dal Mare di Roberto Regnoli, un italiano que se ha dedicado a recopilar botellas con mensajes encontradas en la playa.