Tienes todo bajo control. Llevas dos semanas yendo al sitio en cuestión a tomar datos del lugar. Cada semana ha fallado algo, una vez el micrófono, otra vez las baterias, y casi siempre el tiempo. Pero esta vez lo tienes todo bajo control.
Recojes los bártulos después de 7 horas de sábado por la mañana allí, y te vas a casa con la tranquilidad y satisfacción de tener los datos que querías, ahí, grabados, listos para darte trabajo para toda la semana que viene y quedar como diós.
Y te pasas el resto de findesemana disfrutando de la sinfonía Nachiana para huevos a dos manos, allegrissimo andante.
Llegas el lunes y descubres que el fantastico grabador digital de cuatro pistas no ha grabado nada. Nada de nada. Por ninguna de las pistas. Ni por la de su madre.
Conclusión: Delegar mola, pero verificar mola más.
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