viernes, junio 16, 2006

Un cuento de mi barrio

En la calle de al lado, en la que nievan flores, hay un loro que silva a la gente que pasa.

Los obreros del gas, que levantaron la calle hace un mes otra vez, se ilusionaron tanto al principio que les costó ponerse a trabajar. Cuando descubrieron que no era una vecina todos llegaron a la conclusión de que era competencia desleal.

La señora Luisa, la del quinto, un día volvió más contenta a casa al confundir al uno con los otros, y desde entonces su matrimonio ha vuelto a ser pleno como hacía tiempo que su Manolo no recordaba.

Manolo por su parte, de puro desconcierto no sabe si ser feliz o empezar a buscarse los cuernos.

Los yupis del edificio de enfrente se giran confundidos cuando cruzan la calle. No tienen costumbres de presa.

En cambio Oscar, el kiosquero, se ha ganado ya un par de guantazos, las amenazas de un marido celoso, muchas sonrisas regaladas y dos nuevas amiguitas en el barrio. Haciendo cuentas dice que ha salido ganando.

Moraleja del tito Javi: Dí cosas bonitas que nunca sabes a quién harás feliz.

PD: Jaquetorra no es algo bonito que puedas decir a nadie en el tren.
PD2: Por muy guiri que parezca siempre es posible que sepa tanto castellano como taekwondo.
PD3: Mi dentista es feliz.

8 comentarios:

Mar dijo...

jajajaja yo también tengo uno así en mi barrio, son geniales, pero genial es también como lo has contado tu.
No cuesta nada decir cosas bonitas, más si lo sientes de verdad.

Anónimo dijo...

jaquetetorras

ooo dijo...

En la calle de arriba de mi calle hay dos loros (uno en cada acera) que se pasan el día silbando. (La de broncas que se han llevado los obreros del andamio por su culpa! xD)

Anónimo dijo...

jajaja... lo mejor el kioskero! claro que sale ganando, un par de enemigos pero amiguitas que se agradecen jajaja que bueno...
Había un loro tambien en el centro de mi ciudad y acabó por provocar algo parecido... el pobre murió o le taparon la boca, no ha vuelto a hablar en mucho tiempo
Un besote!
Por cierto.. no sé como entrar aquí y que sepas que soy yo, madre mia! q lio! jeje
Idgie http://blogs.ya.com/whistlestop/

Anónimo dijo...

vale, acabo de descifrarlo, q torpe soy fuuuu

Carlitos Sublime dijo...

Genial. Eres un monstruo, Prome...

Anónimo dijo...

Jajaj! me encanta el cuento, pero sobretodo las recomendaciones de sabio de las posdatas.

Lo certifico, está hecho un mounstruorr..

Saludos ;)

Prometeo dijo...

Thalatta; Me alegro que te haya gustado. Tener un loro de estos en el barrio es un tesoro, una mina, jejeje. Lo de decir cosas bonitas no cuesta, pero si no se hace amenudo podemos perder la costumbre.

Vendedor; tú tambien lo dices? y a ti te funciona? cuenta cuenta

Ella; Mientras sólo silben no pasa nada. Pero como les de por insultar o decir barbaridades pueden liarla muy gorda. Casi mejor no ir dando ideas ;)

Idgie; Seguro que le pusieron cemento en las patas y lo echaron al rio. Nunca debió silbar a la famiglia,jejeje. La verdad es que tener un loro de estos como mascota debe de ser curioso al principio y desesperante después.

Carlitos; Eso mismo me dijo el loro a grito pelao: "Monstruo, feo, so feo!" jejeje

Medea; Ya ves, si es que ya lo dicen por ahí, que la experiencia se tiene después de haberla necesitado.
Que cosas más bonitas me decís. :)

Pues eso, me despido de momento, que con tanto exámen y estrés no hay quien blogué tranquilamente
Abrazos indiscriminados!