Ibas con aquel grupo de gente que venía por el pasillo y que entraba en la sala de la que yo salía. La luz de los fluorescentes hacía que las paredes pareciesen grises y que el ambiente fuese discreto, pero por alguna razón tu cabello brillaba dorado como un destello callado. Me llamó la atención tu flequillo cruzado, que invitaba a caer en tu mirada, que se cruzó con la mía mientras pasabas a mi lado. Creo que en es momento dejé de caminar, porque no quería perder de vista tu sonrisa ni tus ojos. Eras dulzura y serenidad, seriedad y diversión, eras un mundo por descubrir, quizás por compartir.
Apartaste la mirada y giraste la esquina para entrar con los demás en la sala de la que yo venía. No se que hacía toda esa gente allí pero me sorprendió que pudiesen caminar sin más contigo allí. Seguí mi camino pensando que aunque seguramente no volviese a verte intentaría encontrarte, aunque fuese para despejar las dudas, descubrir el hechizo.
Cuando al cabo de un rato volví a la sala no conseguí verte entre la gente. No me extrañó, porque hay instantes que pasan delante de ti y tienes que agarrarlos en ese momento porque nunca vuelven a pasar. Y en ese momento tuve la certeza de que pronto te recordaría solamente como una visión, tan fascinante como irreal. Pero entonces miré al escenario y ahí estabas tú, cantando con un batería, un teclista y un guitarra. Llevabas una guitarra pero no la tocabas, solo cantabas acariciando el micrófono con tus manos y tu voz. El resto del grupo no tocaba especialmente bien, parecían unos chavales aficionados, pero por alguna razón tu voz era todo lo que hacía falta y la canción era la canción, la mejor que había escuchado nunca. Recuerdo la mirada de fascinación del batería y el guitarrista, alucinando contigo, tratando de pasar desapercibidos con su música y escuchándote incrédulos, diciendo con la mirada lo increíble que era oirte cantar así.
Os llamabais Susanombre, o algo así. Cuando acabaste de cantar ellos siguieron tocando un rato más, pero era totalmente superfluo. Tu voz lo había dicho todo. Y en ese momento el mundo empezó a traspapelarse con la realidad y pronto me di cuenta que todavía recordaba la canción más hermosa del mundo y tu mirada en el pasillo, aunque sólo lo hubiese soñado. Se que no existe Susombre ni nada parecido. Aunque no descarto que pueda volver a un concierto tuyo o que vuelvas a sonar en algún sueño.
Me cuesta creer la gente que no recuerda los sueños, que dice que no los tiene. Quizás es que antes hay que creer en ellos, y vivirlos. Quizás no hay que temerlos ni creer que harán que tu vida sea más gris. Son como un viaje a lugares irrepetibles. Es como vivir dos veces, y como la vida misma hay sueños buenos y sueños malos, aunque en ocasiones los peores de todos son aquellos que son más buenos, porque al despertar te sientes secuestrado de la realidad que te habría gustado que fuese, atrapado en la que no te queda más remedio que vivir.
Este no fue de esos.
Apartaste la mirada y giraste la esquina para entrar con los demás en la sala de la que yo venía. No se que hacía toda esa gente allí pero me sorprendió que pudiesen caminar sin más contigo allí. Seguí mi camino pensando que aunque seguramente no volviese a verte intentaría encontrarte, aunque fuese para despejar las dudas, descubrir el hechizo.
Cuando al cabo de un rato volví a la sala no conseguí verte entre la gente. No me extrañó, porque hay instantes que pasan delante de ti y tienes que agarrarlos en ese momento porque nunca vuelven a pasar. Y en ese momento tuve la certeza de que pronto te recordaría solamente como una visión, tan fascinante como irreal. Pero entonces miré al escenario y ahí estabas tú, cantando con un batería, un teclista y un guitarra. Llevabas una guitarra pero no la tocabas, solo cantabas acariciando el micrófono con tus manos y tu voz. El resto del grupo no tocaba especialmente bien, parecían unos chavales aficionados, pero por alguna razón tu voz era todo lo que hacía falta y la canción era la canción, la mejor que había escuchado nunca. Recuerdo la mirada de fascinación del batería y el guitarrista, alucinando contigo, tratando de pasar desapercibidos con su música y escuchándote incrédulos, diciendo con la mirada lo increíble que era oirte cantar así.
Os llamabais Susanombre, o algo así. Cuando acabaste de cantar ellos siguieron tocando un rato más, pero era totalmente superfluo. Tu voz lo había dicho todo. Y en ese momento el mundo empezó a traspapelarse con la realidad y pronto me di cuenta que todavía recordaba la canción más hermosa del mundo y tu mirada en el pasillo, aunque sólo lo hubiese soñado. Se que no existe Susombre ni nada parecido. Aunque no descarto que pueda volver a un concierto tuyo o que vuelvas a sonar en algún sueño.
Me cuesta creer la gente que no recuerda los sueños, que dice que no los tiene. Quizás es que antes hay que creer en ellos, y vivirlos. Quizás no hay que temerlos ni creer que harán que tu vida sea más gris. Son como un viaje a lugares irrepetibles. Es como vivir dos veces, y como la vida misma hay sueños buenos y sueños malos, aunque en ocasiones los peores de todos son aquellos que son más buenos, porque al despertar te sientes secuestrado de la realidad que te habría gustado que fuese, atrapado en la que no te queda más remedio que vivir.
Este no fue de esos.
5 comentarios:
el problema de las pesadillas es que se repiten, la desgracia de los mejores sueños es que son unicos y jamás se vuelven a tener. Estoy de acuerdo contigo: los peores son los buenos sueños, aquellos que nos hacen ser increíblemente felices mientras los tenemos pero que nos hacen dar cuenta de la triste realidad al despertar.
Espero que vuelvas a soñar con ese flequillo y esa mirada. Quizá ya no sea en un concierto. Quien sabe si estareis tomando un te?
Ànims i forcetes!
ay ke me emboba este prometeo profundo ke hay por aki ultimamente :p
muaaaaa
"(...)¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."
¡¡Tanta razón....y tan pocas balas!!
;)
Todo es culpa del ombligo, lo sabes.
Un abrazo,
Que toda la vida es sueño y los sueños sueños son...
;) saludos...
PD: el otro día estuve viendo humor amarillo, los comentaristas son un poco flojitos..pero jo, con los chinos te ries igual que antes.. da igual que se caigan 100 veces de la misma forma...
Salió uno con unas gafas enormes al que llamaron: el primo de Harry Potter.. (ahi me dio un ataque de risa que pa que...)
Publicar un comentario