A raiz de un comentario en otro blog me acordé del ombligo, ese gran olvidado.
Está ahí, donde siempre y como siempre. No hace ni deshace, no molesta ni incordia. Sólo está.
¿Os imaginais una cintura sin ombligo?
Quizás es la muestra viviente, la cicatriz que nos recuerda que el fin de la vida es estar unido a alguien.
Quizás si no tuviesemos ombligo no podríamos amar.
Y pienso en "El Perfume", si alguien sin aroma era así, como sería sin ombligo.
Está ahí, donde siempre y como siempre. No hace ni deshace, no molesta ni incordia. Sólo está.
¿Os imaginais una cintura sin ombligo?
Quizás es la muestra viviente, la cicatriz que nos recuerda que el fin de la vida es estar unido a alguien.
Quizás si no tuviesemos ombligo no podríamos amar.
Y pienso en "El Perfume", si alguien sin aroma era así, como sería sin ombligo.
4 comentarios:
Yo creo que no tener ombligo le iria muy bien a más de uno/a puesto que ya no dedicarían tanto tiempo a mirarse el ombligo ni a creerse el ombligo del mundo.
Que reflexión más interesante.....
No era Adán el que no tenia ombligo? Que lástima, con lo super que puede llegar a ser.....
Que me extirpen el ombligo ya!
uhm... buena pregunta...
la verdad es que la imagen de una cintura sin ombligo resulta desagradable...
Publicar un comentario