Como viene siendo costumbre cada vez que vuelvo a casa y puedo pasar un poco de tiempo con calma empiezo la cosecha de chinchetas. Son cosechas cortas, porque se hacen te tanto en cuando y se pierde la costumbre. Hay que volver a endurecer la piel de las manos, y recordar con los dedos como arrancar del alambre una chincheta que antes no estaba ahí pero que se puede encontrar si se mira con atención.
No se si alguien más se dedica a hacer sus propias chinchetas, y no se si las mias son originales o no. Lo que si que se es que son un pedacito de mi tiempo y que las quiero como a un hijo feo, carajo, son las más bonitas del mundo. Y por esa razón no las tiene cualquiera, no. :-)
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Otras chinchetas, porque siempre se puede evolucionar, chincheta reinventada aunque las mias son más artesanales.
No se si alguien más se dedica a hacer sus propias chinchetas, y no se si las mias son originales o no. Lo que si que se es que son un pedacito de mi tiempo y que las quiero como a un hijo feo, carajo, son las más bonitas del mundo. Y por esa razón no las tiene cualquiera, no. :-)
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Otras chinchetas, porque siempre se puede evolucionar, chincheta reinventada aunque las mias son más artesanales.
1 comentario:
Gran mundo el de las chinchetas, jajaja. Gracias por visitar mi blog, yo volveré por el tuyo a leer más post, el anterior es brillante.
Un beso
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