Recuerdo un día, en un acalorado debate con mi adolescente favorito, surgió la cuesitión de la madurez. Los detalles de la discusión no importan para lo que quiero decir, pero basicamente argumentaba que la madurez, tal como la entendía, estaba sobrevalorada.
Viendo los adultos actuar - decía - parece que ser maduro consista en renunciar a lo que uno le gusta, rendirse y entregarse a lo convencional, lo que la sociedad quiere. Lo que los otros quieren y creen que es normal.
Mi respuesta se perdió por los vericuetos dialecticos propios de quien tiene cierta idea pero ninguna clara. Me referí al autocontrol, y al respeto, al aprender las consecuencias de los actos y preveerlas para poder tomar decisiones en función de ellas. Cosas todas ellas ciertas, pero deslabazadas e incapaces de sustentar de forma solida y clara eso que llamamos madurez.
Ignoro, como casi siempre, que impacto pudieron tuvieron mis palabras, si es que tuvieron alguno (no por eso hay que dejar de decirlas, ya que como por lo visto siempre dije, "algo siempre queda"). El caso es que pasó el tiempo, y si bien en su momento creí que había salido airoso del debate, he de reconocer que desde entonces me invadió el desasosiego de quien se conoce un punto flaco.
¿Cómo era posible? No cabía duda de que la madurez existía. Cada día vemos ejemplos de actitudes inmaduras y todos somos capaces de identificarlas, ya sea como infantiles o impropias. Pero al mismo tiempo resultaba dificil, casi esquivo, conseguir definir que era la madurez, que definía a la inmadurez más allá de ser un rasgo infantil. ¿Cómo era posible que siendo algo tan importante y evidente no fuese capaz de definirlo de forma robusta y contundente?
He de reconocer tambien que ese desasosiego, surgido al tomar conciencia de mi propia ignorancia, no alcanzó a quitarme el sueño en ninguna ocasión.
Pero hoy, por esas casualidades de la vida, me he cruzado con la definición de lo que son los tres rasgos principales de la inmadurez emocional.
A) Bajos umbrales para el sufrimiento
B) Baja tolerancia a la frustracion
C) Ilusión de permanencia
Bang, ahí está. Tan sencillo y tan fácil, la madurez descrita como ausencia de estos rasgos.
Obviamente hay más rasgos, y se puede hilar mucho mas fino. Pero estos tres principios proporcionan la robustez y la contundencia que en su día no conseguí sino circunvalar de mil formas distintas.
Ahora solo falta que me vuelva a preguntar sobre ella.
Viendo los adultos actuar - decía - parece que ser maduro consista en renunciar a lo que uno le gusta, rendirse y entregarse a lo convencional, lo que la sociedad quiere. Lo que los otros quieren y creen que es normal.
Mi respuesta se perdió por los vericuetos dialecticos propios de quien tiene cierta idea pero ninguna clara. Me referí al autocontrol, y al respeto, al aprender las consecuencias de los actos y preveerlas para poder tomar decisiones en función de ellas. Cosas todas ellas ciertas, pero deslabazadas e incapaces de sustentar de forma solida y clara eso que llamamos madurez.
Ignoro, como casi siempre, que impacto pudieron tuvieron mis palabras, si es que tuvieron alguno (no por eso hay que dejar de decirlas, ya que como por lo visto siempre dije, "algo siempre queda"). El caso es que pasó el tiempo, y si bien en su momento creí que había salido airoso del debate, he de reconocer que desde entonces me invadió el desasosiego de quien se conoce un punto flaco.
¿Cómo era posible? No cabía duda de que la madurez existía. Cada día vemos ejemplos de actitudes inmaduras y todos somos capaces de identificarlas, ya sea como infantiles o impropias. Pero al mismo tiempo resultaba dificil, casi esquivo, conseguir definir que era la madurez, que definía a la inmadurez más allá de ser un rasgo infantil. ¿Cómo era posible que siendo algo tan importante y evidente no fuese capaz de definirlo de forma robusta y contundente?
He de reconocer tambien que ese desasosiego, surgido al tomar conciencia de mi propia ignorancia, no alcanzó a quitarme el sueño en ninguna ocasión.
Pero hoy, por esas casualidades de la vida, me he cruzado con la definición de lo que son los tres rasgos principales de la inmadurez emocional.
A) Bajos umbrales para el sufrimiento
B) Baja tolerancia a la frustracion
C) Ilusión de permanencia
Bang, ahí está. Tan sencillo y tan fácil, la madurez descrita como ausencia de estos rasgos.
Obviamente hay más rasgos, y se puede hilar mucho mas fino. Pero estos tres principios proporcionan la robustez y la contundencia que en su día no conseguí sino circunvalar de mil formas distintas.
Ahora solo falta que me vuelva a preguntar sobre ella.
1 comentario:
Que susto, pensaba que las botas de agua rosas iban a estar en la lista. Uf!
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