¿Y si todo fuese distinto de lo que nos imaginamos? ¿Seríamos capaces de vivir en un mundo en el que en lugar de ser los parásitos fuésemos los parasitados?
Eso precisamente es lo que plantea Susan Blackmore. Que las ideas tienen prácticamente vida propia y su única función es copiarse, replicarse, y esparcirse. Y nosotros no somos mas que las máquinas replicadoras de ideas.
¿Cuantas de tus ideas, cuantos de tus pensamientos son originales? ¿Cuantas no han sido pensadas nunca jamás? Posiblemente una entre millones. Todas las otras son memes.
Y así es como se llega a plantear que las ideas, las religiones, las lenguas, son parásitos, que necesitan de cerebros para replicarse y propagarse. Huéspedes que no existían previamente, que surgieron de la oportunidad, y que necesitan esos cerebros para sobrevivir.
Y sólo tenemos que plantear el principio de la evolución a estos memes: Si estos varían, y hay una lucha por la vida, de manera que algunos mueren, y los que sobreviven pueden pasar a sus descendientes aquello que les permitió sobrevivir... entonces tenemos evolución. Por lo que los memes evolucionan, se copian, se propagan.... tienen practicamente vida propia.
Por eso es escalofriante pensar que quizas no somos producto de nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestras ideas. Sino que quizás somos víctimas. Anfitriones de unas ideas que buscan su propio beneficio, gobernarnos para propagarse cual parásitos.
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