De vuelta a la realidad, aunque solo sea por unos dias. Despues de diez días en Tehrán, y una semana en Londres, se hace raro volver a Dublín. Así no es extranyo que se me haya hecho más pequenyo que nunca, acogedor como un pueblo, refrescante como un paseo por la montanya.
Y es que son tres extremos muy distintos. La contaminación de Tehran y sus gentes. El supuesto eje del mal, y Londres, el que seguramente sí lo sea (nido de multinacionales, hombres de corbata y objetivos anuales. Sanguijuelas del juego más grande del mundo, y más absurdo).
Por alguna razón encontré más puntos en común entre ambas megaciudades de los que me esperaba. Y en particular me llamó la atención la distancia con la gente, a la que en ninguna de las dos se mira a los ojos. Aunque una se jacte de libertad, hay cadenas que van por dentro.
Ahora, de vuelta a la realidad, me planteo jugar a un juego, tentador y volatil. Un juego que no tiene porque acabar bien, pero que sin duda será interesante y divertido (al menos eso parece ahora). Porque para que merezca la pena, hay que arriesgar.
Menú del día:
Canción: Daylight - Matt and Kim (Queridos reyes magos, quiero una Kim)
Corto de animación: Sebastian's vodoo
Corto ficción: Nuestro propio cielo
Corto drama: Last day
1 comentario:
Te has traido algún burka para regalar a alguna moza?
Publicar un comentario