Siempre quise ser en quien pensaras cuando quisieras escapar de tu prisión.
Escapamos juntos, y fuimos felices.
Hasta que un día vi en tu mirada,
que me había convertido sin quererlo
en tu carcelero.
Perdona mi vida,
pero tendrás que huir por la ventana.
Me tragué la llave
y la dignidad.
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