Vengo de ver el documental
"Roman Polanski: Wanted and desired", y todo cuanto puedo decir es que es magnífico, por varias razones.
Desde el punto de vista formal y técnico es impecable. Pero lo mejor es el contenido.
Por una parte explica y pone en blanco sobre negro lo ocurrido durante el juicio de 1977, dando la palabra a aquellos que participaron directamente, los abogados, el fiscal, ayudantes del juez, periodistas, amigos (el juez no, ya que murio). El documental sigue el proceso cronológicamente, intercalando la biografía y la obra de Polanski. Lo hace para poner en contexto tanto la persona como su historia, y la situació que se vivía en aquellos anyos. Y lo hace de forma magistral porque fluye, cuadra, y te hace sentir que estabas allí, que esos personajes que hasta hace un rato desconocías ahora son personas, con sus virtudes y defectos. Y además los muestra de forma equidistante, limpia, con respeto por los hechos y la forma.
Recomiendo encarecidamente a cualquiera que quiera saber, o entender, la historia de Roman Polanski.
Pero también lo recomiendo como reflexión ante el hambre caníbal que mueve a los medios de comunicación y la dinámica en la que tratan de absorvernos. El escándalo, la última hora, la necesidad de novedades y conclusiones que confundimos con informacion, acaban actuando como una niebla, que todo lo emborrona, simplifica y mal digiere. Periodistas que "solo" hacían su trabajo, montaron un show que aún dura hoy en día. No tenemos tiempo. No queremos esperar a analizar. Queremos poder tomar decisiones rapidas, concluir de inmediato si está bien o mal. Y seguir adelante sin importar las consecuencias de nuestros juicios.
Ocurre a todas horas y todos los dias. La vigencia de las noticias es efímera y exigimos novedades continuamente.
En cualquier caso permitidme romper una lanza a favor del senyor Polanski. Fue juzgado, e incluso cumplió la pena que estableció el juez por "unlawful sexual intercourse with a minor", que no violación, tal como acordaron las partes (victima, acusado y fiscalia). El que lió todo el tinglado fue el juez, tanto que acabó recusado y apartado del caso, porque quería "disfrutar" de la atención de los medios de comunicación.
Recomendable para cualquiera, incluso para entender la importancia de de este hombre a nivel artístico.