martes, mayo 26, 2009

El ataque de las cosas monas (II)

Sé que dije que no lo volvería a hacer. Pero se ve que mentí.

Aquí viene de nuevo, un video de una criatura escalofriante y mona a partes iguales. Absolutamente irreal.




Via Anfrix

lunes, mayo 25, 2009

Cosas que aprendes en Iran

Sentirte Guiri
Ahora sé lo que se siente cuando estás en un país sin posibilidad alguna de comunicarte. Especialmente cuando ni los gestos son los mismos.

Entras en un sitio de comida, salam, salam, y ahí te dicen nosequé ya como si fueses vecino de toda la vida. Obviamente tu cara de pazguato te delata. Te sueltan otra parrafada. Podría haber sido una cuidada selección de palabras sencillas destinadas a facilitar la comprensión al ninyo más retrasado del barrio, pero da igual, has entendido lo mismo o menos aún que antes. Ante el rieso de que te de un tirón de tanto poner cara de tonto decides dar un paso, romper la dinámica de la conversación, y poner algo de tu parte. Venga vamos! En voz alta y clara:
"Kebab"

Ale, ya lo has dicho, con dos cojones, ahora si que has resuelto todo el problema, y al fin vas a poder comer.

Claro que por la retaila que te suelta comprendes de inmediato que debe de haber un universo de opciones asociadas al kebab. Y lo cierto es que tampoco parece muy impresionado ante tal demostración de sapienza culinaria.

Espera, parece que afloja el ritmo, si si, parece que te pregunta algo. Este es el momento. Muestrate seguro y firme, que no vaya a tongarte.
"Kebab??"
Pero como es posible que haya sonado a pregunta?? Ay madre.

Él responde "kebabnosequé?". Emoción, parece que aquí hay diálogo, ahora nos entendemos.
"Vali", que viene siendo sí
"Nosecual nosecuantos?"
"Vali, vali" Ya que estamos mejor que sobre a que falte, no se vaya a decir.
"Nosecuantisimomasyotraspalabras raras?"
"Na." Lo cual es no, que tampoco es plan de que se crea que decimos si a todo y la liemos.

Así es como te plantas con un kebab con cinco salsas quimicamente incompatibles, tanto entre ellas (no se mezclan, sino que flotan unas encima de otras) sino tambien con tu mucosa gástrica y seguramente tu flora bacteriana.

Por eso ahora entiendo y respeto enormemente a todos los guiris del mundo, que eligen los restaurantes no en función del menú sino de las fotografias que tenga. Y es que si no puedes senyalar no eres nadie y como dice mi abuela, los cementerios están llenos de valientes. No os volvais a reir de ellos.

PD: Este relato es pura ficción y todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Aunque coincidencias hay muchas en la vida.

viernes, mayo 22, 2009

Next stop...

Iran. 6 horas de vuelo desde Londres y manyana amanecere en la capital de Persia. Encrucijada de la ruta de la seda. Y me muero de ganas de llegar.

Va a ser genial.

sábado, mayo 16, 2009

La Moleskine

Hacía tiempo que quería una, pero me resistía a darme el capricho porque no quería que acabase como las otras libretas, empezada con unas pocas páginas y unas historias, abandonada a saber porque. La moleskine tenía que ser diferente, tener principio y fin, un sentido, un objetivo. Al final la compré como parte de un remedio casero ante una de esas crisis que llegan como las tormentas: las ves venir de lejos, sabes que son algo natural y pasajero, pero igualmente acabas fascinado con los rayos y centellas, y calado hasta los huesos.

La tormenta se fué, dejando aparejos rotos y mucho por limpiar.

Desde entonces la libreta de marras tiene a bien acompanyarme allá a donde voy, tal como llegó, prístina y virginal. La miro y la hojeo, como si esperase encontrar el punto de partida, aunque en realidad simplemente fantaseo con lo que ha escrito mucha gente en páginas como esas. Tiene algo seductor, una calidad discreta que sería aún más deseable si no fuese tan conocida y pudiese ser algo más personal.

Pero son excusas. Lo que en realidad ocurre es que no tengo nada que escribir, ni nada que decir.

Algún día llegará la inspiración, o quizás no. En cualquier caso no hay presión alguna, aunque mirando a mi Moleskine me he dado cuenta que echo de menos a mi vieja libreta de espiral, con sus historias de familia y más pasado que futuro. Habrá que ver que me cuenta.