Parece mentira, pero estos días se acaba una etapa, sin apenas darme cuenta. Se acaba y empieza otra. Nuevo lugar de trabajo, nueva compañera de piso,, visita de un gran amigo que se habían ido a las antípodas, principios de despedidas de otros que se van a ir (empiezo a pensar que la gravedad realmente es más fuerte allí, porqué está atrayendo cada vez a mas gente).
Y no es malo, el cambio es bueno.
Aunque da pereza.
Pero merece la pena.
Hay que aprender a dejar ir. To let go.
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