domingo, enero 25, 2009

A favor de la família

El pasado 28 de Diciembre me encontré el la plaza de Colón de Madrid muchas familias para disfrutar juntas de algo que en nuestra sociedad actual es bastante inusual, casi contracorriente. Familias que creo que no eran conscientes de la importancia que tenía lo que estaban haciendo. Familias que sin darse cuenta estaban celebrando la esencia de la sociedad, sus vertientes más positivas y enriquecedoras, y quien sabe, si su única esperanza.

Habrá quien piense que me refiero a la reunión de ultras católicos que tuvieron a bien hacer una ceremonia religiosa en el espacio público con evidentes intereses políticos.

No, no, en absoluto.

Me refiero al parque lúdico que había montado el ayuntamiento, pero en particular a la instalación que había hecho Katakrak.

En Katakrak se dedican a crear juegos con material reciclado. Juegos llenos de imaginación que invitan a la manipulación directa y al descubrimiento conjunto. Juegos que despiertan la curiosidad, la fascinación y la diversión. Dicen que son juegos educativos, que despiertan inquietudes y ofrecen perspectivas distintas sobre temas como el reciclage y el medio ambiente. Pero es mucho más que eso.

Cualquiera podía ver como las familias se acercaban a los juegos y los descubrían y disfrutaban juntos. Era un espacio en el que tanto padres como hijos disfrutaban compartiendo la misma experiencia, jugando y descubriendo, de tu a tu, y sin que hubiese ninguna renuncia por parte de ninguno de ellos. Porque cuando los padres acompañan a los hijos a hacer algo divertido, simplemente les están acompañando, vigilando o facilitando económicamente que se diviertan. Los padres renuncian y se sacrifican a su tiempo para tener a los niños entretenidos.

Pero con los juegos de Katakrak es diferente.

Ahí los padres también disfrutan, y aprenden junto a los niños. Porque a primera vista no se sabe como manejar los juegos, pero como estan hechos de materiales reciclados no da miedo a usarlos. De hecho invita a tocar, empujar y estirar, porque no parece que se vaya a romper y que si se rompe no pasa nada.

Así que los juegos son una extraña oportunidad para que los padres y los hijos aprendan y jueguen juntos, compartiendo una experiencia única. Y os puedo decir que todo el mundo se lo estaba pasando genial.

Pero es que además es educativo. No solo por el tema del reciclage, sino porque enseña a comunciarse ya que el proceso de descubrimiento es conjunto y simultaneo. Hay cosas que entienden los padres y que les explican a los hijos y viceversa. Unos ofrecen paciencia, y los otros creatividad. Permite enseñar a compartir la experiencia con extraños, los otros niños y las otras familias. Pero es que además enseña ciencia de la misma forma que lo hace los museos de la ciencia en sus ambientes controlados y restringidos.

Reafirma los lazos sociales y familiares. Enseña física básica, expande la creatividad, enseña valores no solo ecológicos, sino económicos (se puede crear de los restos), incluso artísticos. Es una oportunidad educativa única.

Yo me quito el sombrero ante la gente de Katakrak. Quienes han hecho por la sociedad más que otra mucha gente e instituciones que se llenan la boca de grandes palabras y un vacio mental escalofriante.

Así que entre quienes crean y quienes... no, me quedo con los que crean. Larga vida a Katakrak!

PD: Aquí teneis videos que han hecho ellos mismos

2 comentarios:

CRISTINA dijo...

¡Qué chulos los inventos o juegos o lo que sean!!
Al principio de tu post sí que he pensado en la reunión católico-apostólica, ¡qué susto!
Afortunadamente escribes sobre algo mucho más imaginativo y divertido.

SAludos.

Anónimo dijo...

siempre ilusionado con la curiosidad y confiando en la gente y en su futuro, supongo que el aprendizaje lo es todo. saludos desde san francisco. :)