lunes, mayo 12, 2008

Mi bici nueva, y otras cosas del montón

Hoy me ha perseguido un rotweiler y casi acabo bajo las ruedas de un camion.

Lo del perro me pasa por ir por el lado del canal, por el sitio bonito y ajardinado en lugar del carril bici al lado de los coches. El estaba ahi, tan alegre y contento, sin su collar y con sus babas colgando de sus enormes y amenazantes fauces. Mientras tanto yo andaba mas pendiente de no caer al canal que de otra cosa. Paso al lado suyo y noto que hay cierto brillo en sus ojos que se me antoja inusual. Pero sigo pedaleando creyendo que lo he dejado atras.
Para mi sorpresa, pronto me doy cuenta que el condenado anda corriendo al lado mio tratando de morderme el pantalon a la altura del tobillo (o quizas intentaba secarse las babas, todo pudiera ser).
Ante el riesgo de atizarle sin querer en el hocico durante mi alegre pedaleo, y consciente del peligro de semejante bicho herido en su amor propio, decidi tomar la decision mas inteligente: Mirar pa'lante, y rezar a Santa Rita.

Finalmente, tras mi azarosa travesia por el parque, pude dejar atras al diabolico jamelgo y a sus mortiferas babas, para poner asi rumbo a la siguiente etapa de mi fascinante viaje, el combate con el joputa camionero que invade los carril bici de Dublin.

Pero eso, amiguitos, es otra historia.

PD: Primera presentacion en el curro, una hora y al final felicitaciones. Hay que ver, si al final se darán cuenta de lo bueno que soy. Va a ser que esta gente tiene más criterio del que parecía.

PD2: Sí, la utoestima bien.

6 comentarios:

Esther dijo...

Y cómo me gusta, Prometeo! Aunque te persiga un rotweiler, aunque intente aplastarte un camionero... tú la autoestima bien alta!!! ante la adversidad, claro que si!! No te preocupes, algún día reconocerán todo lo que vales. Estoy segura. Besitoooos

Anónimo dijo...

Prome!!! Eso te pasa por ir en bici!! Montado a caballo o en helicóptero no te pasarían estas cosas... (aunque ver a un rotweiler mordiéndote los tobillos mientras tú vas en bici no tiene precio jeje)

Anónimo dijo...

Mi última experiencia con un perro por estos lares fue prácticamente la opuesta. Venía hacia mí un perro de esos fuertotes aunque no altos y, mientras la dueña me decía que no podía con él y que era el perro usado en época victoriana para la lucha, se tumbo patas arribas delante mía para que le acariciara la barriga. Cosas que pasan... :)

flekyboy dijo...

ups! acabo de sufrir un deja-vu! jeje.

Animo, que estos extranjeros no saben de que pasta estamos hechos los españoles.

Recuerdos a 'utostima', quien es? un gato? LOL

CRISTINA dijo...

Salvo uno que una vez recogimos que estaba abandonado y la perra de unos amigos, no soporto a los perros. No me gustan nada.

Anónimo dijo...

Al final salio todo bien, el perro no te mordio y has tenido un buen tema para el blog, jeje.

Saluditos desde Edimburgo.