domingo, octubre 21, 2007

Volver

Yastá, ya he vuelto. Una semana en la península, atendiendo la llamada de mi patria, es decir, a las tapas, la bebida, los amigos y la familia (esa es mi patria y mi bandera).

Que bonita Granada, y que bonitas las granadinas. Que tapas más ricas, que barbaridad. La Alhambra bonita, sí, pero vamos, me gustaron más las tapas y la convención de Navajeros.

Cordoba me sorprendió enormemente. Seguramente la ciudad más limpia de las Batuecas, con sus casas encaladas, y bares en inglés. Me encantó, sobretodo porque reconozco que no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar. La Mezquita/Catedral, preciosa, y si en la visita te acompaña un historiador, aún mejor. Medina Azhara resulta bastante prescindible, sobretodo tal como está montada, con una información aburrida, tan poco formativa como digerible y útil. Con lo poco que costaba hacer las cosas bien parece que se lo hayan encargado a cualquier becario en prácticas, sin motivación ni presupuesto. Debía ser una maravilla el salón de los Califas:

El escritor Ibn Bashkouwal menciona «entre las maravillas de Medina Azahara, el salón de los Califas, cuyo techo estaba hecho con tejas de oro y bloques de alabastro translúcido. A cada lado se abrían ocho puertas de ébano con relieves de oro. Cuando el sol penetraba en esta sala y al-Nasir (Abd er-Rahman III) deseaba asombrar a sus cortesanos, bastaba con que hiciera una señal a uno de sus esclavos y el estanque lleno de mercurio que estaba en el centro de la sala se ponía en movimiento. Entonces parecía que el salón daba vueltas, mientras que unos rayos de luz atravesaban la estancia llenando la asamblea de terror. Fue la abundancia de mercurio que había en España lo que le dio a al-Nasir la idea de este mecanismo gracias al cual la sala parecía dar vueltas sobre sí misma como sobre un eje. Daba la impresión de que seguía el movimiento del sol. El califa se ocupaba tanto del buen funcionamiento de este mecanismo que sólo confiaba su conservación a su propio hijo, al-Hakam». (Más)

De vuelta por Despeñaperros conseguimos parar en Casa Pepe. Sí señores, Casa Pepe, el restaurante cara al sol. Una especie de parque temático dedicado a Franco, Jose Antonio y a esa España que tanto duele porque quiere hacer daño y dejarse huérfana de sueños con futuro, prefiriendo vivir en un pasado ponzoñoso y polvoriento. Donde sufrir es lo normal y hacer sufrir el único alivio de sus huestes.

Sin duda toda una experiencia. (En la tele estaban viendo en Cuatro el debate sobre la visita de Ibarretxe a Zapatero. Nadie prestaba demasiada atención, hasta que salió Aznar hablando en una conferencia. Se hizo un silencio sepulcral, todo el mundo se puso a escuchar. Cuando acabó de hablar nadie dijo nada, y todos volvieron a lo suyo. Como si hubiese hablado el Papa)

De allí fuimos a Guadalajara, atravesando los secarrales quijotescos en los que ya no se alzan molinos sino moles aladrilladas, contenedores de familias que pasarán media vida en el coche, sin conocer a sus vecinos ni tener raices donde viven. Y rodeamos Madrid, esa ciudad que se desparrama incitada por el dinero fácil, desperezándose de sus complejos pero olvidando sus esencias. Una ciudad de conductores sociópatas, y silencios perdidos.

Así llegamos a Segovia, a sorprender a mis abuelos, y vaya si lo hice. Encantados quedaron y todo salió mejor de lo que esperaba. Cariñosos y alegres, dando ese cariño que que tanto duele, cuando notas que la vida se escapa entre los dedos como granos de arena que nunca volverán. Por primera vez en mucho tiempo sentí que mi abuela me escuchaba y abrazaba con la mirada, por enésima vez recibí el apoyo y fé incondicional de mi abuelo. En dos meses los vuelvo a ver, aunque no saben que esta vez fuí a verles más por mí que por ellos.

Vuelta a Irlanda, vuelta a Limerick y a la realidad. Una vuelta un tanto extraña, a una etapa que quiero cerrar aunque me cueste como un órdago mal tirado, porque hay gente a la que no quiero dejar y porque, para que negarlo, cuesta volver a empezar.

·Fotos de Granada
·Fotos de Córdoba

6 comentarios:

CRISTINA dijo...

¡Cuánto cuesta! ¿verdad?
Ir, volver...encontrar a las personas que quieres, dejarlas, despedirte...regresar, volver a marchar...

Un beso.

Reena dijo...

Cuestión de tiempo! ya verás como las cosas salen mejor de lo que te esperas y no tienes que pelearte por mucho tiempo por la gasolina de la calefacción! :*

Esther dijo...

Que te anime a seguir adelante todo aquello que quieres y por lo que luchas. Que la visita a tus abuelos te haga ver que vale la pena. Tú puedes y lo sabes. Un besito y no olvides que la vida es un ir y venir... siempre.

Carlitos Sublime dijo...

Me alegra que te hayas tomado un respiro peninsular ;-) En realidad, Granada es una maravilla, y Córdoba también. Y Segovia, por supuesto. ¡Ay! Tantas cosas que ver, y tan poco tiempo (y menos dinero).

Un abrazo

Anónimo dijo...

Graná solo hay una y es puro embrujo, es unica. Te agrego a la carpeta de favoritos para no perderte, pasaré por aqui a menudo. saludos.

arda dijo...

Qué bien que volviste!! Y que lo caompartiste!!

vengo por aquí a menudo, aunque leo pero no escribo.

Sin embargo, el post Volver me ha animado a hacerlo, pq este fue el primer blog que leí y me empujó a crear el mio propio. Además tu fuiste la primera visita que tuve ;D

ya ves, me entró cierta melancolía, en fin, besitos