miércoles, octubre 04, 2006

Me llaman el Desaparecido

El tiempo pasa volando y muchas veces esperamos el momento apropiado para decir algo aún a expensas de saber que luego simplemente no encontraremos el momento. Así van pasando los días y no te das ni cuenta, aunque sigues teniendo en mente aquella historia que quiers contar.

A todos nos ha ocurrido en alguna u otra ocasión, y a todos nos seguira ocurriendo. A veces es algo tan sencillo como decir "te quiero", o "te echaré de menos", pero no lo dices porque no es el momento.

Me contaron una vez una historia sobre un abuelo que le contaba al nieto que en lugar de guardar los mejores puros de la caja para ocasiones especiales él preferia siempre fumar el mejor puro, porque así el siguiente puro también sería el mejor.

El caso es que han pasado a penas quince días y ha ocurrido tantas cosas que parece mentira que sólo sean dos semanas. Dejé el trabajo, ese trabajo de mentira que cogí para sacarme una espina que llevaba demasiado tiempo clavada. Un trabajo donde me lo pasé increiblemente bien contemplando la grandeza de los pequeños conflictos y el poder de una sonrisa dada o guardada. Una experiencia preciosa de la que sólo puedo decir cosas buenas, incluso que se acabó.

Y entre medias me ha dado tiempo para hacer las maletas y embarcarme en un viaje a la tierra de las Irlandas para pasar unos meses haciendo el proyecto final de carrera. Solo y sin bola de cristal. En el equipaje llevo una jugada a una sola carta y está por ver como saldrá, aunque los augurios son favorables a todas luces.

De momento han sido días duros, muy duros, más de lo que me esperaba, pero esperemos que sean los peores que me tengan reservadas estas tierras. No tenía ni casa ni asidero, y puestos a venir ligeros de equipaje olvidé algunas cosas que creía haber aprendido hace tiempo. Ahora todo parece ir encajando aunque después de seis días aquí sólo puedo decir que las raices se echan sin querer y sin darte cuenta, así que cuidad las vuestras que son lo que nos ata a la vida y la tierra.

Así que en definitiva, en estos quince días me he quedado con muchas historias por contar, ya veremos por donde empezar. Por hoy ya hemos hecho bastante con volver, no?


5 comentarios:

bellosoli dijo...

nadie dijo q no fuera a ser duro! poc a poc i bona lletra! en cuatro dias te olvidas de nosotros!

Carlitos Sublime dijo...

Por fin has vuelto!! Te echaba de menos... Es precioso eso que dices de las raíces, porque éstas se pueden tener en una ciudad, en un grupo de amigos, en tu pareja... y sí, son lo que te ata a la vida: qué duda cabe.

Espero que todo marche sobre ruedas por allí. Aprovecha para tomar lácteos, que dicen que son los mejores de Europa ;-)

Un abrazo, y suerrrrrte.

Carlitos

Anónimo dijo...

Que alegría! por fin das señales de vida. El mote de desaparecido todavía no estaba previsto en nuestra historia...

Anónimo dijo...

Eres un valiente! y seguro que todo te sale a pedir de boca...

Esperamos la cronica detallada.

Un abrazo!

Prometeo dijo...

Bellosoli, Sactamente.

Chocoadicta; Caray, cuanto tiempo! que alegría verte por aquí! Pues sí, como quien no quiere la cosa ahora estoy a tiro de piedra. A ver si bajo el síndrome erasmus me da por cambiar de isla y creer que mil kilómetros no son nada cuando normalmente 100 ya son demasiado.
Me ha encantado lo de "añorar el mundo entero" Cuanta razón!

Carlitos; Pues sí, las raices no están en los pies ni tanto en los lugares, sino más bien en las personas y los corazones, aisssss.
Lo de los lacteos no se si son los mejores, pero al menos los más originales seguro. Tienen cada cosa más rara, por dios! Ya os contaré ya.

Peru; jejeje, ...

Medea; Valiente? que va, inconsciente quizás sí. De momento todo está saliendo muy bien, y no creo que llegue a salir mal pero bueno, ya iremos informando ya. :P

Abrazos, besos y tréboles para tod@s!!