lunes, febrero 13, 2006

Días raros, a ratos malos, a ratos buenos

Estos últimos días están siendo de lo más extraño. Por un lado se ha abierto la veda para diseccionarme, justo cuando menos lo esperaba o quizás cuando ha llegado el punto en el que estaba tan cansado que no he querido apartar los bisturís. Por otro, dejando a parte un sábado horrible como hacía tiempo que no tenía, ahora empieza una época en la que toca tomar decisiones.

Dice la RAE que crisis es muchas cosas, yo eligiría entre la dos y la tres. Lo curioso es que ateniéndonos a las definiciones hay que reconocer que resulta mucho menos dramático de lo que tratan de hacernos creer.

No se si Raimundo estaba pasando una crisis, o si la vida directamente le había dado la espalda. No se si su historia era cierta, ni me hace falta saberlo. Se que la ayuda que le di puede ser una oportunidad para él, aunque creo que como mucho significará un respiro. Y es que cuando la vida se tuerce, pero se tuerce de verdad, todo se vuelve más difícil y hasta las oportunidades resultan más difíciles de aprovechar.

No se si volveré a verle o si lo de ayer servirá para algo. No confío en exceso, porque hace tiempo que asumí que no puedo salvar a nadie, aunque me haya dejado la salud y toneladas de energía en intentarlo con otras personas. No me arrepiento, ni me arrepentiré de haberlo hecho, simplemente ahora no lo haría igual.

PD: Me piden que escriba las cosas que me pasan porque dicen me pasan cosas la mar de raras, algunas extraordinarias. Yo creo que no tienen nada de extraordinario, sólo hay que dejar que ocurran, dar pié.

1 comentario:

bellosoli dijo...

"L'ofeg mereix qui s'enfonsa per pròpia voluntat, però l'home que neix sota el mar mereix rescat!" Parece una chorrada pero es cierto. Quizá no puedas llegar a salvar a nadie, pero para cualquier persona saber que lo estás intentando ya es un gran regalo.