sábado, septiembre 10, 2005

Canciones de cada momento

Es alucinante el poder evocador de la música. Anoche escuché una canción discotequera de hace unos cuantos años (Ace of base, a más de uno os sonará, y a más de uno le recorrerá un escalofrío cuando se acuerde de esa época y esa música). Tremendo. Fué como un viaje en el tiempo a las noches proto-adolescentes (en mi caso) en las que todo era nuevo y desconcertante, y creíamos que eso era pasarlo bien. Aisss, que tiempos.

El caso es que entonces se me ocurrió preguntarme cual sería la canción que me transportará a esta época en el futuro, y no tuve que pensarlo mucho para darme cuenta que sería "Nada de esto fue un error". Para mi es la canción de mi verano, no solo porque me guste la canción sino porque me gusta lo que canta. Luego me acordé de la primavera y durante esos días sonaba Astrud y Fangoria por los rincones de mi dolor y desorientación. Es curioso el poder balsámico de la música en ocasiones, permite dar forma a emociones de todo tipo para después verlas desde otra perspectiva. Ayudan. Y hace tiempo que lo digo, que por muy jodido que estés si eres capaz de levantar la vista, respirar hondo, y empezar a tararear una canción, entonces todo mejora. Incluso silvando el mundo mejora. Quien no me crea que lo pruebe ;-)

La canción del verano del año pasado para mi fué "Culea" de Kaliente, la banda de la selva peruana, pero eso es otra historia.

Después están las canciones de una época en particular, como "Motorcycle drive by" de Third Eye Blind, que es la canción de mi adolescencia más furibunda y que todavía hace resonar algún resorte en mi interior; Lighthouse family me recuerda a un amor que no fue, "the way" de Fastball = verano del 98, un año especialmente surrealista e intenso viajando con gente inesperada; Tonino Carotone y Reincidentes = primero de carrera; Garbage, una época distinta con cada disco, desde la rabia del primero, la energía de v2.0 y la dulce decepción de Beutiful Garbage donde "Parade" es de las mejores canciones para empezar un día con energía ; "Scenes from a memory" de Dreamtheater, aquel año en el campus nord con tantos claroscuros como en este disco; "Kikujiro no natsu" BSO de Joe Hisaishi, donde reside la felicidad, un regalo para el alma y que me trae tan buenos recuerdos compartidos con una persona maravillosa; Yann Tiersen, la magia y la sencillez con la que sonreir a la vida y apreciar las cosas buenas; "Adiós Nonino" interpretado por el Trío Argentino de Tango en TAT, la emoción de toda una vida en una canción que abraza y araña el corazón para arrancar esas lágrimas contenidas en el día a día.
Esto es a bote pronto, por lo que seguro que me dejo muchas canciones, y muchos detalles que no se si servirían para compartir con vosotros las emociones que me causan o más bien para aburriros. En cualquier caso esto es lo que hay hasta la próxima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Cierto, es increible la cantidad de sentimientos que puede remover en ti, no ya una canción, sino simplemente unas notas. A veces para bien, otras para mal pues te traen recuerdos no deseados. Pero es tan melancólico y a la vez tan bonito cuando cierras los ojos y te transportan a ese momento o época concreta que a veces me da miedo escuchar ciertos temas.